De lunes a sábado: 10.00 | 17.30 | 19.30*
Domingo: 8.00 | 9.30 | 11.00 (Niños) | 12.15 | 18.00 | 19.00* | 20.30 (Jovenes)
*Misa transmitida On line
Lunes a sábado: 10.30 a 12.00 hs y 18.00 a 19.00 hs
Domingo : durante la misa
De ropa y alimentos. Traerlas por el templo
Lunes a sábado:9.00 a 21.00 hs
Domingo:8.30 a 21.30 hs
Viernes y sábado 21.00 hs y 21.45 hs
Lunes a sábado (Excepto viernes):
12.00 hs y 12.15 hs
Puede consultar vía e-mail: [email protected]
Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa. Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo: Tengo sed. Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús: "Todo se ha cumplido". E inclinando la cabeza, entregó su espíritu. Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua.
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